RESEÑA - Sobre maternidad y algo más: Madre Solo Hay Dos.
- Realyvásquez
- 4 mar 2021
- 4 Min. de lectura
¡Estimadxs lectorxs! Es un placer editar esta nueva entrega para ustedes y estoy muy contento porque hace unos días (semanas, en realidad) terminé de ver Madre Solo Hay Dos. Esta me la recomendó mi papá y la verdad es que antes de ello había visto algunas opiniones rondando por Instagram, así que ahí va.

TÍTULO: Madre solo hay dos. GÉNERO: Drama; comedia. TEMPORADAS: 1. CAPÍTULOS: 9. PLATAFORMA DE STREAMING: Netflix. REPARTO: Ludwika Paleta, Paulina Goto, Martín Altomaro, Liz Gallardo, Javier Ponce, etc. Es la primera producción mexicana que me aviento en este año, y la verdad es que me he llevado un buen sabor de boca. Déjenme les cuento un poquito de qué va la trama de Madre Solo Hay Dos: honestamente al principio parece ser el cliché mexicano donde una familia pobre y una rica terminan encontrándose y por azares del destino terminan ocupando el puesto de la otra… pero no. Afortunadamente no es así. La serie sigue la historia de Mariana y Ana, dos mujeres embarazadas que se encuentran en contextos sumamente diferentes dentro de la misma ciudad. Mariana es estudiante de universidad, y desde el principio se le ve super moderna al ser una señorita que participa en luchas sociales como la feminista o la del aborto. Ana, en cambio, es una madre de familia que se ha ganado un lugar como empresaria, una poderosa y exitosa. En una serie de eventos, ambas terminan teniendo a sus respectivas hijas en el mismo hospital, y a causa de una equivocación (que no me sorprendería que realmente haya sucedido considerando el sistema de salud mexicano 🙃🤭) le entregan el bebé de la otra a cada cual. Así, después de meses, se dan cuenta del error y se ven en la obligación de devolver las hijas a sus respectivas familias, pero existe un problema: ambas madres se han acostumbrado ya a sus hijas. Al final, Mariana termina viviendo en la casa de Ana y lo que sucede después de ahí es una comedia dramática bastante entretenida. Los personajes, no lo voy a negar, parecen un poco estereotipados, pero no les puedo negar que realmente uno se encuentra con este tipo de personas en la vida real. A veces, por otro lado, parece que la personalidad de los mismos se contrapone con su personalidad en capítulos anteriores; con Ceci y Rodrigo lo entiendo porque bueno, adolescentes. Pero a veces Ana, que ya es adulta, tiene una personalidad un tanto contradictoria, y eso es lo que le quita fuerza a su personaje. Y lo mismo pasa con Mariana, quien a pesar de que es una joven de veintitrés años, sus decisiones a veces se contraponen a su personalidad tan madura en capítulos pasados y sí me deja un poco conflictuado. A pesar de ello, la serie fluye bastante bien. La justificación que le dan a la presencia de Ana en la familia Servín me ha parecido muy razonable, y los motivos que mueven las acciones de la mayoría de los personajes también me parecen las más adecuadas (en la mayoría de las veces) considerando la personalidad que nos presentan. Así, lxs creadorxs Carolina Rivera y Fernando Sariñana nos entregan una primera temporada que tiene más que ofrecer que chistes baratos. Hacen entrega de un drama ligero con temáticas poco comunes como la maternidad, el matrimonio, el autoestima después del parto, los prejuicios sociales, la infidelidad y el empoderamiento femenino. Me pareció una serie muy actual, y eso me ha gustado un montón: no meten la modernidad de los tiempos que vivimos como algo forzado, sino que se presenta como la cotidianeidad a la que estamos acostumbrados. Me ha gustado, además, el desarrollo de la trama, pues con cada capítulo que avanza las cosas cambian de rumbo a como se tenían pensadas en un principio. Mariana llega a formar parte de la familia de Ana de una forma muy natural, y me ha gustado que ambas madres siempre tienen un pensamiento en común, compartiendo que todo lo que hacen es por sus hijas, y eso las motiva a apoyarse mutuamente. Con cada capítulo, además, las cosas se van poniendo tensas a causa de los secretos que esconden diferentes personajes. Respecto a los personajes secundarios no tengo mucho que decir: cumplen su función y en buena parte están ahí no solo de adorno sino para seguir impulsando la historia. A algunos lo llegué a odiar, como a Tere, Pablo y Juan Carlos, pero de cierta forma uno también es capaz de empatizar con ellos. Finalmente, el final que nos entrega la temporada deja bastantes interrogantes abiertas acerca del futuro de las dos protagonistas, y eso es lo que me motiva a zampármela en cuanto se estrene la segunda temporada. ¿Qué me gustó? Que uno aprende junto con los personajes, que las moralejas no se perciben forzadas como en muchas otras producciones, y en que existen consecuencias de los actos que llevamos a cabo. ¿Qué no me gustó? A pesar de lo moderna que pudiera ser la historia, esos momentos LGBT+ sí los sentí un poquito innecesarios porque uno, simplemente, no conecta con la pareja, no lo siente natural; además, algunos diálogos siento que estaban un poco forzados por parte de Mariana (sobre todo con las groserías que se sentían un tanto inoportunas, por decirlo de algún modo). Lectorxs, ¿ustedes ya vieron esta primera entrega? ¿Les gustó? La verdad es que fue muy bonito ver una producción mexicana que no se basara en una comedia simplona y una trama predecible. Lxs leo 🤭
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