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RESEÑA - ¡Y la categoría es…! Sueños, reinas, premios. POSE.

  • Foto del escritor: Realyvásquez
    Realyvásquez
  • 19 ene 2021
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 23 feb 2021

¡Hola, lectorxs! Hoy les traigo la reseña de la segunda serie que vi este año; se trata de la segunda temporada de Pose, y bueno, un montón de cosas sobre las que hablar, en su mayoría buenas.


TÍTULO: Pose

GÉNERO: Musical (según Google, pero aquí la vamos a colocar en Drama🙂).

TEMPORADAS: 2.

CAPÍTULOS: 18.

PLATAFORMA DE STREAMING: Netflix.

REPARTO: MJ Rodríguez, Indya Moore, Dominique Jackson, Billy Porter, Ryan Jamaal Swain, Angel Bismark Curiel, etc.

¡Dioses del queer! Uff. Es que, no tengo idea de por dónde empezar, la verdad. Pero bueno, comencemos, supongo, por el principio. ¿Cómo me encontré con Pose? Navegando en Netflix y habiendo consumido algunos programas y películas referentes al LGBT+, una de las recomendaciones de la plataforma fue POSE. La verdad no me había interesado demasiado, hasta que leí varios comentarios en Facebook respecto a que era muy buena; de hecho mi asesor de tesis en un post suyo me la recomendó ampliamente (y como ya me había quedado claro que el hombre sabe de lo que habla, me aventé).

Para ponerlos en contexto: Pose se desarrolla en los finales de los 80's y principios de los 90's, y habla sobre la comunidad queer de color; entre sus personajes se encuentran hombres gay, mujeres trans, personas con VIH.

Ahora, nada de eso parece sorprendente, pero tengamos en cuenta eso: el contexto. Situémonos en un Nueva York durante 1987, cuando el VIH se esparce rápidamente; cuando a las personas afrodescendientes, si bien son más aceptadas, aún se encuentran en una situación de desventaja frente al sector blanco; cuando ser negro, pobre y queer es básicamente ponerse una soga al cuello. En una época como esa, pareciera que no hay mucho dónde refugiarse. Pues bien, Pose proyecta que sí, que sí había un espacio donde la comunidad LGBT+ de color pudieran ser ellos mismos, y se trata de los salones de baile.

¿En qué consiste? Básicamente, se trata de eventos, concursos, donde diferentes casas participan en diferentes categorías modelando, pavoneándose en sus mejores atuendos, resaltando sus mejores atributos y luchando por ganarse un lugar dentro de los suyos. Posan para llevarse un trofeo en categorías como Realness, Voguing, Beauty Queen, entre otras. Entonces, es en estos bailes, como les llaman sus participantes, donde unx puede alcanzar una ilusión de los sueños que persigue; donde puede sentirse poderosx, indomable, unx divx que puede arrastrar con todxs lxs perrxs que se le pongan en frente.

Como mencioné, en estos bailes compiten distintas casas (a lo Harry Potter, pero con una magia diferente). Una casa consiste en una madre o un padre que, evidentemente, pertenece a este colectivo queer, y toma bajo su protección a un grupo de jóvenes (y a veces no tan jóvenes) que se encuentran en situación de marginación. Son personajes latinos, o negros, que fueron rechazados por sus familias por ser gays o por declararse trans, que fueron echados de sus casas, que viven en el muelle, o en los parques, que luchan para conseguir un poco de comida, para dormir calientes, para pasar otra noche a salvo y sobrevivir en una sociedad que los mira con repulsión.

La trama de Pose, en primera instancia, va de eso: de Bianca, una mujer trans, que abandona su casa por conflictos con su madre, y decide fundar la suya propia, tomando bajo su tutela y ofreciéndole protección y seguridad a Damon, un chico que sueña con ser bailarín, Angel, otra mujer trans que era también su hermana en la casa Wintour (misma que abandonó junto con Bianca) y que sueña con ser vista. En una serie de sucesos, se integra Papi, un hombre hetero vendedor de hierba (y el mejor hombre ficticio que se van a encontrar en ninguna serie ❤) que se siente interesado en la comunidad y que desea formar parte de ella, y Ricky, quien al principio se resiste, pero termina uniéndose a la situación.

La primera temporada en sí va de la competencia, los bailes y las casas, de la familia, de buscar un grupo al que pertenecer. Y es todo muy bonito, pero crudamente triste también, porque refleja la realidad de un sector que no siempre es tomado en cuenta. Refleja las batallas que pasan las personas como estos personajes, que son tan profundamente reales que no puedes evitar amarlos u odiarlos, o a veces no sabes ni cómo sentirte porque están construidos de una manera tan sólida, con tintes y matices, aristas y vértices, como una persona real. La primera temporada, en resumidas cuentas, es una historia de pertenencia, de solidaridad, de buscar tu lugar en el mundo y compartirlo con personas que te entienden.

Ahora, respecto a la segunda temporada puedo decir muchísimo más. Los personajes una vez más estuvieron sublimes; Bianca es una madre tan real, con un amor tan real hacia sus hijos que a veces me recordaba a mi propia madre; Damon, Angel y Papi definitivamente son como esos hijos que se aman pero que pelean, que son un desastre y al mismo tiempo pueden ser los mejores hijos que una madre puede tener. Pray Tell (el maravilloso presentador en los bailes) también es ese mentor que probablemente todo adolescente queer quisiera para que lo llene de sabiduría. Elektra, a su vez, es esa mujer con quien no puedes evitar sentir amor y odio al mismo tiempo, pues tanto puede ser una perra en los bailes (y a veces fuera de ellos), como una madre altruista y protectora que vela por sus hijxs cuando atraviesan una situación difícil.

¿Qué me ha gustado de esta segunda temporada? Que profundizan mucho más en el tema del VIH y la lucha política y social al respecto. Es decir, si bien se presenta el tema de la enfermedad en la primera temporada, se aborda en una situación personal: cómo enfrentarla, qué hacer, el conflicto interno de ciertos personajes al enterarse que la padecen. Sin embargo, en la segunda entrega este conflicto se lleva a los niveles sociales: ¿qué voy a hacer por mi comunidad respecto al VIH? ¿Cómo puedo aportar algo en este ámbito?

Y es ver a estos personajes marginados y excluidos luchando no solo por todos, pues en realidad es que lo hacen por ellos: quieren abrirle los ojos al mundo para hacerles saber que su comunidad está muriendo, que el VIH existe y está tomando vidas y que la desinformación por parte del medios de comunicación y grupos religiosos solo atenta contra la salud de cientos de personas. Y, al mismo tiempo, mientras este conflicto colectivo contra el mundo existe, también se presentan tramas y problemas entre los miembros de la comunidad.

El salón de baile, en esta temporada, queda un poco relegado a un segundo plano después de la primera mitad, pues la serie comienza con el lanzamiento de Vogue, el emblemático tema de Madonna y que está inspirado, precisamente, en el Voguing presentado en los salones de baile. Esto conlleva, pues, a que la comunidad tiene un cierto respiro al ser vistos como algo más que un grupo marginado, es el ejemplo de inspiración que necesitaban ciertas personas. Es un ejemplo de cómo la comunidad no es perversión, sino que es ambiente, es competencia y es energía.

Así pues, los personajes se enfrentan a sus propios problemas, con Angel enfrentándose a agencias de modelaje, queriendo dejar atrás su pasado y ser un modelo a seguir sin importar su sexo biológico, con Damon enfrentando una ruptura amorosa pero luego renaciendo de las cenizas y buscando el éxito, con una historia de tira y afloja con su ex y con el mejor final como personaje (a pesar de que, honestamente, no es de mis personajes favoritos porque, Dios, sus ademanes y sus gestos de superioridad hacen que me caiga un tanto pesadito, además de que la verdad me parece más bien un poco hipócrita [lo tenía que decir y lo dije 🙂]), con Papi redimiéndose (y no puedo evitar amarlo a pesar de que por mentarle la madre me bloquearon un mes mi cuenta de Facebook 😭 [pero la verdad te lo merecías, #sorrynotsorry]) y encontrando su vocación y sus ganas de tocar el cielo junto a la mujer que ama.

Por otro lado, Pray Tell me ha parecido uno de los personajes más reales, a pesar de que también me ha caído mal en algunos capítulos: como dije, es ese personaje que uno quisiera como mentor, que lo instruyera, que le advirtiera sobre los riesgos a los que se enfrenta un adolescente en una situación como la de Damon, Ricky o Papi. Tiene ese conflicto interno con su enfermedad, con su pasado, con los fantasmas que le atormentan y con cómo afrontar la idea de la muerte que supone el tener VIH. Elektra también tiene todos esos tintes de ser una mujer que lucha por lo que quiere a pesar de que a muchos no les guste, ni sus métodos ni sus metas; amo todos sus atuendos, su aspecto, su sonrisa y la forma en que se impone cuando pone a los demás en su lugar.

Mis episodios favoritos fueron, sin duda, Nunca había conocido un amor así, Hoy el amor necesita amor y Revelaciones. Son tantas las emociones y los temas que se tocan que los vuelven episodios sumamente emocionantes, sobre todo el episodio octavo donde las cosas de ponen tre-men-das. Entonces, para finalizar, ¿qué fue lo que más me encantó? Blanca, Papi y Angel; el ascenso de Damon (aunque no tanto el mismo chico), el desarrollo del conflicto interno de Pray Tell, y las interrogantes que trae el desenlace de Candy (personaje secundario que me parece relativamente irrelevante). ¿Qué no me gustó? La verdad es que no encuentro cosas que no me hayan gustado; fuera de que el aspecto romántico entre algunos personajes a veces se vuelve un poco insufrible, pero realmente me parece que todo ha funcionado de forma espléndida.

Cuéntenme, ¿ustedes ya han visto esta serie que se ha convertido en un ícono? ¿Quién es su personaje favorito? Si pudieran inventar o bailar en una categoría, ¿cuál sería?

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