Reseña - Sombra y Hueso
- Realyvásquez
- 14 abr 2021
- 6 Min. de lectura
Es evidente que me aventé este libro porque en menos de dos semanas se estrena la serie en Netflix. Debo decir que me ha gustado mucho, mucho, realmente lo he disfrutado. Sí hay detallitos, pero en general todo es muy bueno.

AUTOR: Leigh Bardugo.
TÍTULO: Sombra y Hueso (Shadow and Bone en el original).
AÑO: 2012.
EDITORIAL: Hidra.
PÁGINAS: 416.
SINOPSIS: Alina Starkov no espera mucho de la vida. Se quedó huérfana después de la guerra y lo único que tiene en el mundo es a su amigo Mal. A raíz de un ataque que recibe Mal al entrar en La Sombra, una oscuridad antinatural repleta de monstruos que ha aislado el país, Alina revela un poder latente que ni ella misma sabía que tenía. Tras ese episodio, Alina es conducida a la fuerza hasta la corte real para ser entrenada como un miembro de los Grisha, un grupo de magos de élite comandado por un individuo misterioso que se hace llamar El Oscuro.
El hype por una serie o un libro puede influir en mí, y eso fue lo que pasó con Sombra y Hueso. Antes de ver el tráiler liberado por Netflix, no tenía un interés grande en esta historia, pero al ver el trabajo visual de la serie me dije que definitivamente tenía que conocer la historia de Alina Starkov, y no puedo estar más contento con mi decisión. Se trata de una novela de fantasía épica juvenil, y al ser dirigida a este público cuenta con algunos elementos que para algunos pueden ser un poco tediosos: magia, poderes, una protagonista que al principio parece ser un poco más de lo mismo y un romance de hueva. Pero la verdad es que todos estos elementos fueron manejados por Leigh Bardugo de una forma única. No miento cuando digo que nunca había leído una novela con esa narrativa suya. La historia nos presenta a Alina Starkov, una huérfana (cliché de literatura juvenil) que, junto a su amigo Mal, creció en un orfanato que antes era la casa de un Duque muy generoso. Al crecer, el par se enlista en el ejército, y Alina se desempeña como aprendiz de cartógrafo y Mal como rastreador. Okay, esto ya es una novedad, y eso me ha gustado. El romance no se hace esperar, y lo muestran desde el primer capítulo. No estoy seguro de cuántos años tiene Alina en esta novela, pero me la imagino como de unos veinte, a pesar de que probablemente es más joven. Entonces, romance: un amor que parece imposible para nuestra protagonista con un crush inalcanzable. Sí, conozco ese sentimiento, Alina. La historia de verdad comienza EN EL SEGUNDO CAPÍTULO. A ver, que Bardugo a lo que viene, ¿sí? Y nos presenta, después de un capítulo inicial bastante bueno donde explica el país de Ravka, sienta las bases de los Grisha y la cuestión a la que se enfrentan, un giro en la trama un poco cliché, sí, pero que es emocionante. Porque vamos, que la prota con poderes desconocidos y que mágicamente son la solución a los problemas de todo el reino no es nada nuevo, ¿verdad, Katniss Everdeen? Pero bueno, que Alina tiene estos poderes Grisha que por alguna razón no sabía que estaban ahí, y esta revelación cambia su vida completamente. Después de este evento, la trama se siente un poco como otra historia de fantasía a lo Harry Potter o Percy Jackson con el personaje principal llegando a un lugar especial para aprender sobre sus poderes. Lo interesante fue, sin embargo, que esto no es realmente relevante en la historia: el ambiente y la descripción del Pequeño Palacio ayudan para situar la trama, para desarrollar el universo ficticio de Bardugo, y está muy bien estructurado. Sin embargo, es eso: un móvil en la trama. Un lugar donde se nos va a permitir conocer mejor a Alina y todo lo que está pasando con ella, física y mentalmente.

La verdad es que la prota es todo un personaje, fresco, nuevo; como decía arriba, me pareció muy bien estructurado: es un personaje con muchos matices. Es sarcástica, un poco rebelde, pero también se nota su juventud en la fascinación que siente con ese personaje que le roba el corazón. A pesar de la seguridad que refleja al enfrentarse a alguien más, presenta momentos de inseguridad, de dudas y miedos. Lo mejor es que las diferentes facetas de Alina es que suceden una tras de otra con mucha naturalidad. Eso es lo que me ha gustado de ella: es un personaje juvenil que se siente real. Sin embargo, debo decir que la primera mitad de la historia fluye muy bien, pero es en la segunda parte que empieza a flaquear. Vemos un desarrollo de Alina muy grande, alcanza un punto álgido increíble… pero entonces sucede una situación con Baghra, la mujer anciana que le enseña a desarrollar sus poderes, y es ahí cuando todo empieza a decaer. La historia que se estaba desarrollando toma un giro que, honestamente, se siente un tanto forzado. Es decir, vale, entiendo que de algún modo tenía que moverse la historia, pero la situación que presenta Bahgra suena forzada a causa de la falta de argumento, porque parece magia de la trama. No había nada que reforzara dicho argumento, más que frases aisladas del Oscuro. Eso es lo que no me ha gustado. Además de que a partir de ahí, la historia decae un poco. La travesía de Alina en esa segunda mitad realmente no es tan interesante como para haberle dedicado demasiados capítulos. La verdad es que no pasa mucho, lo único destacable ha sido la descripción por parte de Bardugo y la profundización en los pensamientos de Alina, porque incluso su reencuentro con Mal no se siente orgánico. Y es que, el problema, creo yo, es que las cosas suceden y luego se explican, y personalmente siento que eso le quita peso a la trama, pues la historia debería contarse por sí misma y no tanto por explicaciones posteriores a los hechos. La cuestión del romance sí me ha gustado. Los momentos con El Oscuro me llenaban de fangirleo (porque pues, me gusta la mala vida 😜), además de que su personaje me gustó mucho, con todo y ese giro en su personalidad para el bien de la trama. Y me explico aquí: me han gustado las dos caras de la moneda, la buena y la mala; la actuada y la real. Pero me gustan como situaciones aisladas, no como una que fue planeada para sacar beneficio de Alina. Porque realmente en la primera mitad del libro no hay motivos que te hagan desconfiar del Oscuro, pero en la segunda mitad no puedes evitar odiarlo un poco. Mal, por otro lado, siento que me quedó a deber. Es un buen personaje, creo que tiene potencial, pero lo siento también un poco plano. Como andamio para el desarrollo de Alina, es bueno, es buenísimo, pero como personaje independiente… la verdad es que espero que se maneje mejor en los siguientes libros. Eso sí, que mi favorito ha sido Genya, que por alguna razón no he podido evitar enamorarme de ella, y creo que es por su actitud de diva ✨ En plan, es guapa, divertida, sabe lo que tiene y lo que vale, además de que sabe lo que quiere, pero también es una joven como Alina que sufre por cosas de jóvenes. Por otro lado, me ha encantado el universo ficticio. Me tomó un poco tomarle el hilo a la clasificación de los Grisha, pero la verdad es que todos los conceptos, las descripciones y los elementos que se presentaron en este primer libro fueron muy interesantes de conocer. En cuanto al final, la verdad es que me gustó mucho. No me encantó, pero sí me dejó satisfecho y con la duda de cómo se va a desarrollar el segundo libro. Lo que sí me encantó fue leer a Alina mucho más decidida, dispuesta a hacer lo necesario por salvar a quien ama y a sí misma, pero con un montón de dudas respecto a sus decisiones. Sin duda, Sombra y Hueso fue una lectura amena. No estoy seguro si es algo que volvería a leer, pero sí es algo que he disfrutado y de lo que quiero conocer más. Ya me he decidido a terminar la trilogía y a leer también Seis de Cuervos, que me han dicho que es mucho mejor que la trilogía principal. Díganme, ¿les ha gustado esta historia? ¿Cuál sería su poder Grisha? La verdad es que yo me veo como un Materialki o como un Invocador, aunque no estoy seguro de qué 🤔😆
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